Search results
Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo?
El poder de la intercesión del Espíritu Santo es una herramienta poderosa que nos ha sido dada por Dios para comunicarnos con Él y traer sus propósitos a la tierra. En Romanos 8:26-27 se nos dice que el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos indecibles cuando no sabemos cómo orar.
27 Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes, en armonía con la voluntad de Dios. 28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen [ b ] para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
Asimismo, a pesar de que somos débiles, el Espíritu viene en nuestra ayuda; aunque no sabemos lo que nos conviene pedir, el Espíritu intercede por nosotros de manera misteriosa.
Podemos conocer que el Espíritu Santo es en verdad una Persona divina, porque Él posee una mente, emociones y una voluntad. El Espíritu Santo piensa y conoce (1 Corintios 2:10). El Espíritu Santo puede ser contristado (Efesios 4:30) El Espíritu intercede por nosotros (Romanos 8:26-27).
En este contexto, Pablo nos enseña que el Espíritu Santo es una ayuda divina. Él dice que el Espíritu intercede por nosotros con gemidos indecibles. Es decir, cuando no sabemos qué pedir o cómo orar correctamente, el Espíritu Santo nos guía e intercede por nosotros ante el Padre Celestial.
El Espíritu Santo no es solo una fuerza o expresión del poder de Dios, sino que es un ser divino. Es una persona poderosa y soberana que actúa en conformidad con el Padre y el Hijo, operando, completando, llenando y dando vida a los que reciben la nueva vida en Cristo.