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JESUS Y EL HUMOR dos colimnas. “Nadie ha visto sonreír a un terrorista o esbozar una sonrisa a un severo conservador cristiano. Generalmente son tan tristes que parecen que fueran a su propio entierro. Basta ver sus rostros crispados. No es raro que sean reaccionarios y hasta violentos”. Teólogo Leonardo Bof.
Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús! Óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti, para que con tus santos te alabe por los siglos de los siglos. Amén.
Esto explica por qué, después de la muerte de Jesús y de que un soldado romano atravesara el costado de Jesús con una lanza, perforando tanto los pulmones como el corazón, salió sangre y agua de su costado tal y como Juan registró en su Evangelio (Juan 19:34).
Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti Del enemigo malo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti, para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén.
corazón de Jesús. Atravesado por la lanza del soldado, signo del odio y del deseo de destruirlo, del corazón del Salvador brota sangre y agua. Estos elementos han atraído mucha reflexión, empezando con los Padres de la Iglesia, quienes los interpretaron como símbolos de la Eucaristía y del Bautismo,
Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe.
“Dos sustancias salieron del costado traspasado del Señor: sangre y agua. La sangre efectúa la redención y así quita los pecados (1:29; He. 9:22) para comprar la iglesia (Hch. 20:28). El agua imparte vida y así acaba con la muerte (12:24; 3:14-15) para producir la iglesia (Ef. 5:29-30).
