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«Ricitos de Oro y los Tres Osos» es una historia que sigue las aventuras de una niña curiosa que, al adentrarse en una casa desconocida en el bosque, experimenta con las pertenencias de una familia de osos.
Este cuento nos enseña el valor del respeto a los demás y a su intimidad. Lo hace a través del personaje de Ricitos de Oro, que no muestra ningún respeto por los osos ni por sus cosas, entrando sin permiso en su casa y comiéndose su comida.
Resumen. Paseando por el bosque Ricitos de Oro encuentra una casita abierta y entra. Es la casa de papá y mamá osos, y su hijo el osito. En ella cada uno tiene su plato de la cena, su silla y su cama. Ricitos va probando cada una de estas cosas, para terminar eligiendo siempre las del osito.
Érase una vez que había tres osos: un Papá Oso, una Mamá Osa y un Bebé Oso. Ellos vivían juntos en una casa amarilla con un techo rojo en medio de un gran bosque.
Una mañana, Mamá Osa sirvió la más deliciosa avena para el desayuno, pero como estaba demasiado caliente para comer, los tres osos decidieron ir de paseo por el bosque mientras se enfriaba. Al cabo de unos minutos, una niña llamada Ricitos de Oro llegó a la casa de los osos y tocó la puerta.
La historia trata de una niña, conocida como Ricitos de Oro por su pelo rubio, que durante un paseo por el bosque descubre una casa, propiedad de tres osos. La familia de osos sale a dar una vuelta mientras espera que se enfríe la sopa de su comida.
Ricitos de oro no lo sabía, pero esa casa pertenecía a tres osos. Estaba el gran Papá Oso, una Mamá Osa mediana, y un adorable Bebé Oso, no más grande que la propia Ricitos de Oro. Los tres osos acababan de salir para dar un paseo por el bosque mientras se enfriaba la cena. Por eso, cuando Ricitos de Oro llamó a la puerta, nadie respondió.