Search results
El patito feo. En la granja había un gran alboroto: los polluelos de Mamá Pata estaban rompiendo el cascarón. Uno a uno, comenzaron a salir. Mamá Pata estaba tan emocionada con sus adorables patitos que no notó que uno de sus huevos, el más grande de todos, permanecía intacto.
- Riquete el del Copete
“El hada me otorgó la capacidad de hacer bella a la persona...
- Riquete el del Copete
Cuento El patito feo. Había una vez una hermosa pata que aún no tenía hijos ya que ninguno de sus huevos había eclosionado. Esperó pacientemente día y noche a que sus bebés nacieran. Un día, mientras estaba sentada en su nido sobre los huevos, sintió que algo se movía debajo de ella. ¡¡SE ROMPEN!!
El patito feo es un cuento clásico para niños, escrito por Hans Christian Andersen que enseña a los niños el valor de no juzgar a los demás por su apariencia. El relato nos cuenta la historia de un patito muy grande y feo al que sus hermanos molestaban debido a su aspecto físico.
En medio de la emboscada del cazador, el feo patito se volvió a alejar del grupo una vez más. Se estaba haciendo cada más grande, sus alas empezaban a crecerles y el patito feo ya podía volar. Sin embargo, el patito estaba muy débil y hambriento; no tenía fuerzas suficientes para volar.
Descarga gratis el cuento clásico de Hans Christian Andersen, El Patito Feo, en formato PDF. Disfruta de esta historia emocionante y universal sobre la aceptación y la belleza interior. ¡Lee ahora y revive la magia de la infancia!
Un cuento tradicional ilustrado por Lydia Sánchez. 2. ÉRASE UNA VEZ UNA MAMÁ PATA QUE ESTABA ESPERANDO A QUE NACIERAN SUS PATITOS. 3. UNA MAÑANA, LOS HUEVOS EMPEZARON A ROMPERSE. ¡CRAC! Y LOS PATITOS FUERON SALIENDO DE UNO EN UNO. 4. CUANDO SE ROMPIÓ EL ÚLTIMO HUEVO, SALIÓ DEL CASCARÓN UN PATITO MUY MUY RARO.
19 kwi 2024 · La historia del patito feo para leer a los niños. En una lejana granja, la Señora Pata esperaba con ansia la llegada al mundo de sus siete patitos. Todas sus amigas también estaban muy contentas y deseosas de ver a sus patitos, que siempre eran los más bonitos de la granja.
