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Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma… ¡Yo no sé! Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán tal vez los potros de bárbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda ...
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido. se empozara en el alma... ¡Yo no sé! Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras. en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé! se empozara en el alma... Yo no sé! Son pocos, pero son... Abren zanjas oscuras. en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. o los heraldos negros que nos manda la Muerte. de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
La última estrofa consiste en un solo verso: "Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!", que repite el verso inicial y que cierra el poema creando una estructura circular: termina igual que inicia.
El Evangelio. LOS HERALDOS NEGROS. Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellosi la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma... Yo no sé! Son pocos; pero son... Abien zanjas oscuras en el rostro mas fiero y en el lomo mas fuerte.
Yo no sé! Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras en el rostro mas fiero y en el lomo mas fuerte. Serán talvez los potros de bárbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte. Son las caidas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema Y el hombre….pobre…¡pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada. Hay golpes en la vida, tan fuertes . . . ¡Yo no se!