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El pasaje de la sanación de la mujer con flujo de sangre, relata un poderoso milagro que ocurrió en la vida pública de Jesús. Este relato se encuentra en los evangelios de Mateo (9:20-22), Marcos (5:25-34) y Lucas (8:43-48).
La famosa historia de la mujer con las hemorragias o flujo de sangre cuenta cómo una mujer que vivía una vida llena de dificultades, logró tener fe en Jesús y ser sanada. Este episodio se encuentra en tres de los cuatro evangelios (Mateo 9:20-22, Marcos 5:24-34 y Lucas 8:43-48).
En resumen, el estudio bíblico de la mujer con el flujo de sangre es un relato poderoso que nos recuerda la importancia de la fe, la valentía y el poder sanador de Jesús. A través de esta historia, encontramos un mensaje de esperanza y restauración para nuestras vidas.
43 Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, 44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. 45 Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado?
20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. 22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
En medio de una multitud, una mujer que había sufrido durante 12 años con un flujo de sangre incurable, se acercó a Jesús. Había gastado toda su fortuna en médicos, pero su condición no había mejorado.
En este artículo exploraremos el famoso relato de la mujer del flujo de sangre en los evangelios. Descubriremos cómo su fe la llevó a buscar la sanidad de Jesús y cómo su toque lo impactó profundamente.
